martes, 20 de mayo de 2014

Jean de Satigny

Uno de los personajes secundarios de los que resta hablar brevemente es Jean de Satigny, un extranjero que se queda a vivir en las Tres Marías y que termina su papel en la obra contrayendo matrimonio (de conveniencia) con Blanca. Dos cuestiones: no se conoce nada de él ni de su pasado, pero la gente lo adora, porque encarna el exotismo y lo extraño de un británico que tiene una rutina peculiar. 

"Usaba zapatos de cabritilla y chaquetas de lino crudo, no sudaba como los demás mortales y olía a colonia inglesa, estaba siempre tostado por el hábito de meter una pelota a través de un pequeño arco con un palo, a plena luz del mediodía y hablaba arrastrando las últimas sílabas de las palabras y comiéndose las erres. Era el único hombre que Esteban conocía, que se pusiera esmalte brillante en las uñas y se echara colirio azul en los ojos. Tenía tarjetas de presentación con escudo de armas de su familia y observaba todas las reglas conocidas de urbanidad y otras inventadas por él, como comer las alcachofas con pinzas, lo cual provocaba estupefacción general. Los hombres se burlaban a sus espaldas, pero pronto se vio que trataban de imitar su elegancia, sus zapatos de cabritilla, su indiferencia y su aire civilizado. El título de conde lo colocaba en un nivel diferente al de los otros emigrantes que habían llegado de Europa Central huyendo de las pestes del siglo pasado, de España escapando de la guerra, del Medio Oriente con sus negocios de turcos y armenios del Asia a vender su comida típica y sus baratijas. El conde De Satigny no necesitaba ganarse la vida, como lo hizo saber a todo el mundo".

Sin embargo, su papel en la obra no finaliza muy positivamente, ya que Blanca descubre que tiene una habitación donde realiza actos de una excentricidad morbosa. Decide escapar corriendo, temiendo por su bebé. 

 

Pedro Tercero García

Uno de los personajes secundarios de la novela es Pedro Tercero García (hijo de Pedro Segundo, ayudante del patrón), que vive una relación de amor con Blanca a lo largo de esta, amor reprimido y escondido, pues Esteban Trueba no lo quería en Las Tres Marías, ni mucho menos como parte de su familia. La razón es que secundaba el comunismo, que comenzaba a mitad del siglo XX a dar sus primeros golpes de fuerza en la sociedad política. Ya de por sí, era considerado una amenaza en el pueblo porque llevaba a los campesinos ideas de izquierda que empeoraban el control tiránico de Esteban. Más tarde, tras ser descubierta la pérdida de virginidad de Blanca, está a punto de morir a manos del mismo, en una defensa del honor familiar que recuerda a alguna obra de Federico García Lorca o Carmen de Burgos. En este punto, es además una amenaza para el papel político de senador que adquiere Esteban, por lo que desaparecerá de la narración y del espacio argumental a modo de escondite de la derecha. Así lo vemos: 

"Para él, sin embargo, las horas transcurrían con la misma lentitud que si hubiera estado preso. Pasaba el día entre cuatro paredes, con la puerta cerrada con llave, para que nadie tuviera la iniciativa de entrar a limpiar, y la ventana con las persianas y las cortinas corridas. No entraba la luz del día, pero podía adivinarla por el tenue cambio en las rendijas de la persiana. En la noche abría la ventana de par en par, para que se ventilara la habitación -donde tenía que mantener un balde tapado para hacer sus necesidades- y para respirar a bocanadas el aire de la libertad. Ocupaba su tiempo leyendo los libros de Jaime, que Blanca le iba llevando a escondidas, escuchando los ruidos de la calle, los susurros de la radio encendida al volumen más bajo. Blanca le consiguió una guitarra a la que puso unos trapos de lana bajo las cuerdas, para que nadie lo oyera componer en sordina sus canciones de viudas, de huérfanos, de prisioneros y desaparecidos. Trató de organizar un horario sistemático para llenar el día, hacía gimnasia, leía, estudiaba inglés, dormía siesta, escribía música y volvía a hacer gimnasia, pero con todo eso le sobraban interminables horas de ocio, hasta que finalmente escuchaba la llave en la cerradura de la puerta y veía entrar a Blanca, que le llevaba los periódicos, la comida, agua limpia para lavarse".

Como veremos más adelante, su relación de amor tiene éxito, a pesar del paso de los años, tras el arrepentimiento de Esteban Trueba. Es una manera de hacer ver la fortaleza del amor, que trasciende ideologías y guerras.

lunes, 19 de mayo de 2014

Jaime y Nicolás III

Es conveniente señalar, para terminar de hablar de los hermanos Jaime y Nicolás, de su final en la novela. Pudiera parecer lo contrario, pero ambos finales son tristes. Jaime finaliza fusilado por el ejército y Nicolás es un exiliado por la fuerza. El final del segundo es muy triste porque nos hace ver como el determinismo de un padre puede forzar a su hijo a desechar sus propias ideas y vivir en un sistema de manera acomodada. Según el narrador, Nicolás termina en Estados Unidos siendo rico y famoso. Por último hay algo que también merece la pena ser comentado en relación a Jaime: su muerte es tratada como cualquier muerte más, fruto de los crímenes atroces que es capaz de llevar un ejército en un golpe militar. De nuevo, como hecho anecdótico (por así decirlo) asistimos al gran pensamiento político plasmado en la obra por parte de Isabel Allende.

Política III y arrepentimiento de Esteban

La cuestión de la política termina en la obra con el golpe de estado militar, que envuelve al Chile comunista y justo. Vemos cómo los resultados de ese golpe de estado no plasmaron las consecuencias esperadas por el Partido Conservador, cómo los vencedores intentaron cambiar la historia haciendo creer que el presidente se había suicidado, cómo la clase media descubrió que había sido un error apoyar dicho movimiento. En general, las lamentaciones no solo fueron fruto de grupos sociales, sino también de Esteban Trueba. La autora Isabel Allende pretende conmover al lector mediante la redención de su personaje masculino protagonista. Estos son los dos fragmentos en los que Esteban Trueba manifiesta su arrepentimiento sobre algunos actos que había llevado a cabo anteriormente:

"Empecé a pensar que me había equivocado en el procedimiento y que tal vez no era ésa la mejor solución para derrocar al marxismo. Me sentía cada vez más solo, porque ya nadie me necesitaba, no tenía a mis hijos y Clara, con su manía de la mudez y la distracción, parecía un fantasma".

"Esteban Trueba abrazó largamente a su hija, sin lágrimas, pero con la boca apretada, tembloroso, esforzándose por contener los sollozos.
-No he sido un buen padre para usted, hija -dijo-. ¿Cree que podrá perdonarme y olvidar el pasado?
-¡Lo quiero mucho, papá! -lloró Blanca echándole los brazos al cuello, estrechándolo con desesperación, cubriéndolo de besos.
Después el viejo se volvió hacia Pedro Tercero y lo miró a los ojos. Le tendió la mano, pero no supo estrechar la del otro, porque le faltaban algunos dedos. Entonces abrió los brazos y los dos hombres, en un apretado nudo, se despidieron, libres al fin de los odios y los rencores que por tantos años les habían ensuciado la existencia.
-Cuidaré de su hija y trataré de hacerla feliz, señor -dijo Pedro Tercero García con la voz quebrada.
-No lo dudo. Váyanse en paz, hijos -murmuró el anciano. Sabía que no volvería a verlos". 

Por último, resta comentar esas consecuencias que surgieron del golpe de estado militar, en relación con los vencedores:

"De una plumada, los militares cambiaron la historia, borrando los episodios, las ideologías y los personajes que el régimen desaprobaba. Acomodaron los mapas, porque no había ninguna razón para poner el norte arriba, tan lejos de la benemérita patria, si se podía poner abajo, donde quedaba más favorecida y, de paso, pintaron con azul de Prusia vastas orillas de aguas territoriales hasta los límites de Asia y de África y se apoderaron en los libros de geografía de tierras lejanas, corriendo las fronteras con toda impunidad, hasta que los países hermanos perdieron la paciencia, pusieron un grito en las Naciones Unidas y amenazaron con echarles encima los tanques de guerra y los aviones de caza. La censura, que al principio sólo abarcó los medios de comunicación, pronto se extendió a los textos escolares, las letras de las canciones, los argumentos de las películas y las conversaciones privadas. Había palabras prohibidas por bando militar, como la palabra «compañero», y otras que no se decían por precaución, a pesar de que ningún bando las había eliminado del diccionario, como libertad, justicia y sindicato. Alba se preguntaba de dónde habían salido tantos fascistas de la noche a la mañana, porque en la larga trayectoria democrática de su país, nunca se habían notado, excepto algunos exaltados durante la guerra, que por monería se ponían camisas negras y desfilaban con el brazo en alto, en medio de las carcajadas y la silbatina de los transeúntes, sin que tuvieran ningún papel importante en la vida nacional. Tampoco se explicaba la actitud de las Fuerzas Armadas, que provenían en su mayoría de la clase media y la clase obrera y que históricamente habían estado más cerca de la izquierda que de la extrema derecha. No comprendió el estado de guerra interna ni se dio cuenta de que la guerra es la obra de arte de los militares, la culminación de sus entrenamientos, el broche dorado de su profesión. No están hechos para brillar en la paz. El Golpe les dio la oportunidad de poner en práctica lo que habían aprendido en los cuarteles, la obediencia ciega, el manejo de las armas y otras artes que los soldados pueden dominar cuando acallan los escrúpulos del corazón". 

Política II

En cuanto a la política, ya veíamos algunos retazos de Esteban en entradas anteriores. Sin embargo, al seguir leyendo la novela vemos que continúan sus opiniones respecto a este 'mundillo':

"-¡Justicia! ¿Es justo que todos tengan lo mismo? ¿Los flojos lo mismo que los trabajadores? ¿Los tontos lo mismo que los inteligentes? ¡Eso no pasa ni con los animales! No es cuestión de ricos y pobres, sino de fuertes y débiles. Estoy de acuerdo en que todos debemos tener las mismas oportunidades, pero esa gente no hace ningún esfuerzo. ¡Es muy fácil estirar la mano y pedir limosna! Yo creo en el esfuerzo y en la recompensa. Gracias a esa filosofía he llegado a tener lo que tengo. Nunca he pedido un favor a nadie y no he cometido ninguna deshonestidad, lo que prueba que cualquiera puede hacerlo. Yo estaba destinado a ser un pobre infeliz escribiente de notaría. Por eso no aceptaré ideas bolcheviques en mi casa. ¡Vayan a hacer caridad en los conventillos, si quieren! Eso está muy bien: es bueno para la formación de las señoritas. ¡Pero no me vengan con las mismas estupideces de Pedro Tercero García, porque no lo voy a aguantar!".

Es totalmente conservador y parcial. Así pues, será senador en el Partido Conservador, puesto que le proporcionará favoritismos y dinero casi infinito. Asistimos al tema de la corrupción, enfocado en Chile, pero perteneciente a todo el mundo:

"Era respetuoso de la ley, la patria y la tradición y nadie podía reprocharle ningún delito mayor que la evasión de impuestos".

Jaime y Nicolás II, en su juventud.

En esta entrada me gustaría aclarar una cuestión en torno a los gemelos Jaime y Nicolás. Como vemos al principio de la novela, los hermanos parecen propensos a constituirse tal y como era el modelo normal de hombre, pero claro, esta novela también juega con el determinismo, ya que ambos traspasan ese modelo y se convierten en personas buenas. Jaime se dedica a la medicina y dedica gran parte de su vida ayudar a los más necesitados, aun a riesgo de perder todo y quedarse sin nada. Nicolás hereda las excentricidades de su tío abuelo Marcos y el gusto por las artes espirituales de su madre Clara. ¿Qué puede significar todo esto? Que ambos personajes se constituyan como una antítesis de Esteban, el cual sí representaría el modelo masculino de aquel tiempo. 

El único rasgo negativo que se podría señalar en la relación de los hermanos es el de los celos. Sin embargo, estas nimiedades de la vida no son capaces de ser obstáculos para la relación cordial y fraternal entre estos dos hermanos gemelos. 

domingo, 18 de mayo de 2014

Maltrato

Me gustaría comentar en la siguiente entrada el tema del maltrato, que se comienza ver en la obra a partir de la expulsión de Férula. Es, como vimos, producto del terremoto. Es también, quizás la primera vez en toda la obra que asistimos a un cabreo considerablemente grande de Esteban. 

"A solas con Férula, Esteban descargó su furia de marido insatisfecho y gritó a su hermana lo que nunca debió decirle, desde marimacho hasta meretriz, acusándola de pervertir a su mujer, de desviarla con caricias de solterona, de volverla lunática, distraída, muda y espiritista con artes de lesbiana, de refocilarse con ella en su ausencia, de manchar hasta el nombre de los hijos, el honor de la casa y la memoria de su santa madre, que ya estaba harto de tanta maldad y que la echaba de su casa, que se fuera inmediatamente, que no quería volver a verla nunca más y le prohibía que se acercara a su mujer y a sus hijos, que no le faltaría dinero para subsistir con decencia mientras él viviera, tal como se lo había prometido una vez, pero que si volvía a verla rondando a su familia, la iba a matar, que se lo metiera adentro de la cabeza. ¡Te juro por nuestra madre que te mato!".

Cómo no, se vuelve a ver esa imagen conservadora de Esteban, en la cual la homosexualidad no tiene cabida. Proseguimos con el desarrollo de la novela y asistimos a una ocasión en la que el producto de los gritos es Clara.

"-No puedes impedir que el mundo cambie, Esteban. Si no es Pedro Tercero García, será otro el que traiga las nuevas ideas a Las Tres Marías -dijo. Esteban Trueba dio un bastonazo a la sopera que su mujer tenía en las manos y la lanzó lejos, desparramando su contenido por el suelo. Blanca se puso de pie horrorizada. Era la primera vez que veía el mal humor de su padre dirigido contra Clara y pensó que ella entraría en uno de sus trances lunáticos y echaría a volar por la ventana, pero nada de eso ocurrió".

No sé si las personas que han leído esta novela compartirán la siguiente idea conmigo: El trato de la autora Isabel Allende hacia el maltrato,es decir, hacia el comportamiento psicológico de un maltratador es muy fiel a la realidad. Enseguida, en la ocasión en que Esteban le propina un puñetazo a Clara, asistimos a ese conjunto de sensaciones y de sentimientos casi esquizofrénicos que un maltratador experimenta.

"Trueba la miró, inmovilizado por la sorpresa. Por un instante su ira pareció desinflarse y se sintió burlado, pero inmediatamente una oleada de sangre le subió a la cabeza. Perdió el control y descargó un puñetazo en la cara a su mujer, tirándola contra la pared: Clara se desplomó sin un grito. Esteban pareció despertar de un trance, se hincó a su lado, llorando, balbuciendo disculpas y explicaciones, llamándola por los nombres tiernos que sólo usaba en la intimidad, sin comprender cómo había podido levantar la mano a ella, que era el único ser que realmente le importaba v a quien jamás, ni aun en los peores momentos de tu vida en común, había dejado de respetar".



sábado, 17 de mayo de 2014

Terremoto

En la lectura de las páginas de esta novela, he reparado en un hecho que me ha suscitado una reflexión. El hecho es que el terremoto sea el responsable de los cambios argumentales, y la reflexión es que esa transformación no sea producida por acciones de los personajes. De hecho, Esteban es una suerte de antihéroe, ya que intenta por todos los medios evitar el progreso social; y Clara de antiheroína, pues su 'rareza' se aburguesa en una imagen femenina usual y conservadora. Los personajes son, cómo decirlo, parte de una 'telenovela' situada en Chile, cuyas acciones son supeditadas al devenir natural y cronológico.

Un saludo.

jueves, 15 de mayo de 2014

Capítulo IV: manifiesto de amor homosexual de Férula hacia Clara

En el siguiente fragmento asistimos a la desolación espiritual y sentimental que experimenta una mujer anclada en valores antiguos, después de reprimir su amor. Es el caso de Férula, ama de casa cristiana  al uso de las mujeres de hace muchas décadas: 

"Sólo con ella se permitía el lujo de ceder ante su desbordante deseo de servir y de ser amada, con ella podía manifestar, aunque fuera solapadamente, los más secretos y delicados anhelos de su alma. A lo largo de tantos años de soledad y tristeza había ido decantando las emociones y limpiando los sentimientos, hasta reducirlos a unas pocas terribles y magníficas pasiones, que la ocupaban por completo. No tenía capacidad para las pequeñas turbaciones, para los rencores mezquinos, las envidias disimuladas, las obras de caridad, los cariños desteñidos, la cortesía amable o las consideraciones cotidianas. Era uno de esos seres nacidos para la grandeza de un solo amor, para el odio exagerado, para la venganza apocalíptica y para el heroísmo más sublime, pero no pudo realizar su destino a la medida de su romántica vocación, y éste transcurrió chato y gris, entre las paredes de un cuarto de enferma, en míseros conventillos, en tortuosas confesiones, donde esa mujer grande, opulenta, de sangre ardiente, hecha para la maternidad, para la abundancia, la acción y el ardor, se fue consumiendo". [...] "Probablemente esos años junto a Clara fueron los únicos felices para ella, porque sólo con Clara pudo intimar. Ella fue la depositaria de sus más sutiles emociones y a ella pudo dedicar su enorme capacidad de sacrificio y veneración. Una vez se atrevió a decírselo y Clara escribió en su cuaderno de anotar la vida, que Férula la amaba mucho más de lo que ella merecía o podía retribuir". (Pág. 68)

La represión explícita se esconde en los verbos 'reducir' y 'limpiar' (los sentimientos y las pasiones). Esta mujer nacida para la maternidad, abundancia, acción y ardor, no es una heroína. La única mujer heroína es la que manifiesta su libertad en todos los sentidos, como el amoroso, en este caso.


 


martes, 13 de mayo de 2014

Férula

A partir de lo que ha comentado mi compañero Paco, me he dado cuenta que faltaba una intervención dedicada a Férula que quedaba en el apartado borradores y que creo que no está publicada. Aquí la pongo:

La aparición de Férula  representa el estereotipo de mujer dedicada al hogar y a cuidar a su madre, sin conocer varón porque al ser la única hija debe cuidar a su madre hasta que muera. De esta manera, como mencionamos al principio, asume el papel de hombre de la casa ya que vive con su madre y su hermano Esteban está fuera de casa. Es una mujer que se nos revela como alguien sin sentimientos, algo "propio de hombres". De hecho hasta que no conoce a Clara, no sabe lo que es querer realmente a alguien. Cuando su madre muere, tiene la oportunidad de ir a vivir con Esteban y Clara  y de manera indirecta pretende ejercer esa tiranía y ese papel de hombre, llegando incluso a enamorarse de clara y a ser repudiada por Esteban por quitarle a su mujer: la llama de manera despectiva lesbiana y "marimacho".  Era una mujer que llevaba su casa sin embargo vivía de las rentas de su hermano. Es un personaje poco usual, dado que la mujer que suele vivir en casa sin la figura de hombre, ejerce una tiranía total. Es el caso de Férula, aunque de manera indirecta mandaba ella en casa, siempre estaba la figura de su hermano. La fuerza y presión que ejerce esta figura se ve cuando la echa de casa y muere sola y sin consuelo de nadie.

Retazos del pensamiento machista de Esteban

Por último, en la última entrada de este capítulo, me gustaría dejar varios fragmentos de la ideología de Esteban Trueba. A pesar de que Clara sea la protagonista, no deja de insistirse en su opinión sobre la mujer y el mundo. 

"Pero Esteban Truebaa no era hombre de dejarse amedrentar por historias de fantasmas que deambulan por los corredores, por objetos que se mueven a la distancia con el poder de la mente o por presagios de mala suerte, y mucho menos por el prolongado silencio, que consideraba una virtud". 

"Esteban sufrió un escalofrío cuando la vio, convencido de que había sido burlado por el destino y en vez del Trueba legítimo que le prometió a su madre en el lecho de muerte, había engendrado un monstruo y, para colmo, de sexo femenino". 

"Tomó un coche y le dio la dirección de la casa de su madre. La ciudad le pareció desconocida, había un desorden de modernismo, un prodigio de mujeres mostrando las pantorrillas, de hombres con chaleco y pantalones con pliegues, un estropicio de obreros haciendo hoyos en el pavimento, quitando árboles para poner postes, quitando postes para poner edificios, quitando edificios para plantar árboles, un estorbo de pregoneros ambulantes gritando las maravillas del afilador de cuchillos [...] -Ésta es una ciudad de mierda -concluyó".

 

 

Polaridad de Férula y Clara

Como siempre hago, me gustaría enseñar una serie de fragmentos que me han sugerido una opinión sobre el tercer capítulo de la obra. Antes de exponerlos voy a explicarme. Como se ha visto en los primeros capítulos de la novela, Férula encarna la mujer que ha sido relegada a las labores del hogar, que ha debido cuidar de su madre toda la vida, que profesa la religión cristiana con una devoción a Dios sin igual. Clara, sin embargo, es absolutamente lo contrario: es una chica tranquila, pero en esa tranquilidad se esconde una apatía impropia del género femenino. De hecho no se deja embelesar por los regalos que le hace Esteban. Ese silencio, esa personalidad ensimismada que se retrae en sus pensamientos y no comparte la alegría del amor con la pareja, es una proyección simbólica de todo lo contrario a lo que debería ser una mujer desde la perspectiva de Esteban. Las imágenes de ambas se bifurcan, pero paradójicamente se vuelven a unir en una relación de amistad que Férula entiende de otra manera. Férula, atormentada por el discurso autoritario de Dios, tiene miedo de experimentar algún tipo de sentimiento por Clara. Clara por su parte sigue en su mundo.

"Esteban quiso que (Férula) viajara ,se comprara ropa y se divirtiera por primera vez en su melancólica existencia, pero ella tenía el hábito de la austeridad y llevaba demasiado tiempo encerrada en su casa. Tenía miedo de todo. El matrimonio de su hermano la sumía en la incertidumbre, porque pensaba que ése sería un motivo más de alejamiento para Esteban, que era su único sustento. Temía terminar sus días haciendo ganchillo en un asilo para solteronas de buena familia, por eso se sintió muy feliz al descubrir que Clara era incompetente para todas las cosas de orden doméstico y cada vez que tenía que enfrentar una decisión, adoptaba un aire distraído y vago. «Es un poco idiota», concluyó Férula encantada". 

"Clara no es la típica mujer que se deja seducir".

"Férula era la primera en despertar, porque le había quedado el hábito de madrugar desde la época en que velaba junto a su madre enferma, pero dejaba dormir a su cuñada hasta tarde".

"Nada escapaba a sus ojos vigilantes y estaba siempre en actividad, en contraste con Clara, que todo lo encontraba muy bonito y le daba lo mismo comer trufas rellenas o sopa de sobras, dormir en colchón de plumas o sentada en una silla, bañarse en aguas perfumadas o no bañarse".


Los protegidos

Hay un fragmento que me ha recordado a una serie de televisión reciente, Los protegidos. Esta, que trata de niños con superpoderes que deben ser cuidados en una casa, tiene un personaje muy parecido a la Clara de la novela. Dejo, en primer lugar, dicho fragmento, y un enlace de Youtube con una escena parecida en la serie.

- "Los sueños no eran lo único que Clara adivinaba. También veía el futuro y conocía la intención de la gente, virtudes que mantuvo a lo largo de su vida y acrecentó con el tiempo". (pág. 49)

 Además, comparten la capacidad de mover objetos. Aunque no encuentro ningún vídeo que enlazar con la novela, presento este otro fragmento sobre ese poder:

- "La habilidad de Clara para mover objetos sin tocarlos no se pasó con la menstruación, como vaticinaba la Nana, sino que se fue acentuando hasta tener tanta práctica, que podía mover las teclas del piano con la tapa cerrada, aunque nunca pudo desplazar el instrumento por la sala, como era su deseo. En esas extravagancias ocupaba la mayor parte de su energía y de su tiempo". (pág. 50)

domingo, 11 de mayo de 2014

Adaptación cinematográfica

Aquí dejo el enlace de la película  por si alguien está interesado. La historia que cuenta en algunas ocasiones es fiel, pero hay numerosas diferencias, por la dificultad que supone adaptar una novela tan extensa como esta a una película de 140 minutos.

viernes, 9 de mayo de 2014

El poder del discurso

El más consciente de la importancia del  poder discurso es Esteban Trueba,  y esto se nota cuando está reunido con todos los de su partido y quieren  intentar que fracase el partido que está en el poder para poder estar en las siguientes elecciones ellos arriba.   Lo  que proponen es sobornar  a algunos parlamentarios, pero ya Esteban Trueba da la clave:

"-¡Sáquese esa idea de la cabeza míster!- exclamó el senador Trueba-. ¡Aquí  no va a poder sobornar a nadie! El Congreso y las Fuerzas Armadas son incorruptibles. Mejor destinamos ese dinero a comprar todos los medios de comunicación. Así podremos manejar la opinión pública, que es lo único que cuenta en realidad." (361)
Lo que en principio se proponen con los medios de comunicación, luego se va a  llevar al extremo con la censura. Está claro que los medios de comunicación es lo primero que se debe tener en cuenta para llegar de forma más directa a los ciudadanos, pero  si lo que realmente se quiere es cambiar  no se debe olvidar  que las nuevas generaciones tienen que aprender ya con esas nuevas ideas por lo tanto:

"La censura, que al principio sólo abarcó los medios de comunicación, pronto se extendió a los  textos escolares, las letras de las canciones, los argumentos de las películas y las conversaciones   privadas. Había palabras prohibidas por bando militar, como la palabra <<compañero>>, y otras que no se decían por precaución. a pesar de  que ningún bando las había eliminado del diccionario, como libertad, justicia y sindicato"
Aquí vemos como  el poder del discurso influye hasta a ala hora de tomar poder en una situación de dictadura, este sería el primer paso posteriormente tendrían que censurarse  los estudios.

"Alba abandonó  sus estudios, porque la Facultad de Filosofía, como muchas otras que abren las puertas del pensamiento, fue clausurada"

jueves, 8 de mayo de 2014

Esteban Trueba como narrado de una historia que podría ser real y llevada a nuestros días

" Comprendió que su abuelo no exageraba. Los demás también  los habían visto y algunos temblaban. Alguien  mencionó que había  unas nuevas bombas, peores que la lacrimógenas, que  provocaban una incontrolable cagantina, capaz de disuadir al más valiente con  la pestilencia y el ridículo. A  Alba la idea  le pareció aterradora. Tuvo que hacer un gran esfuerzo por no llorar" (339)
 Aquí una vez más  y de una forma más implícita se nos muestra la imagen  de la mujer que aunque quiera hacerse la fuerte en el fondo sus sentimientos son débiles, así como por otro lado se nos muestra como su abuelo juega con su conciencia y tras intentar asustarla intenta hacerle cambiar de idea y cómo exactamente y qué le tiene que decir. Es por ello que,  yo personalmente, a pesar de como se nos muestre a Esteban Trueba  tengo la sensación de que se nos quiere mostrar también  como la persona inteligente que realmente es.
Como ha dicho mi compañero  en la entrada anterior la crítica social que lleva a cabo Isabel Allende en su obra es continuada hasta el final de la historia, de hecho  con casi todos los temas la suele enlazar de manera muy ingeniosa. Nos presenta el primer acercamiento  de Alba y Miguel dentro de una encerrona en la universidad para conseguir una serie de clausuras, que pedían  también  los trabajadores.
 Que la autora trate todos los temas dentro de una trama  me lleva a pensar  que la obra   está escrita con una cierta conciencia a pesar de que la  autora misma haya confirmado que su escritura se daba de una manera espontánea,  este episodio que comento  nos muestra a  la  vez la evolución que ya se ha conseguido sobretodo en el campo de la mujer ya que era impensable que una mujer se encerrara en una universidad con una multitud de estudiantes. Que el campo de la mujer avance en esta obra  no es sólo cosa de ellas sino que también podemos ver como Esteban  Trueba el déspota por excelencia ha aflojado mucho con respecto  a épocas  anteriores

"El senador  Trueba ya estaba  en edad de retirarse, pero esa idea no le  pasaba por la cabeza. Leía el periódico  del día y mascullaba entre dientes.Las cosas habían cambiado mucho en esos años y sentía que los acontecimientos lo sobrepasaban, porque no pensó que iba a vivir tanto como para tener que enfrentarlos. Había nacido  cuando no existía la luz eléctrica  en la ciudad y le había tocado  ver por el televisión a un hombre paseando por la luna, pero ninguno  de los sobresaltos de su larga vida lo habían preparado para enfrentar  la revolución que se estaba gestando en su país, bajo sus propias barbas, y que tenía a todo el mundo convulsionado".(349)
Aquí se reafirma la idea que venimos  señalando desde el principio.  Por último explicar el por qué del título de esta entrada y es que en  la novela se puede observar claramente como Esteban Trueba nos narra  una historia real en la que se empiezan con esperanzas ganas de trabajar y unos sueños que  puedes ver cumplir gracias al esfuerzo, pero que en la vida se cometen fallos como ceñirte a  una ideología y  no ser capaz de ver lo anticuado de esta. Esto lo lleva a su decadencia, así como a muchas desgracias que le ocurren.

lunes, 5 de mayo de 2014

Crítica social y política de Chile a través de Esteban Trueba

Hay una página de 'La casa de los espíritus' en el capítulo II que ofrece tres perspectivas de la sociedad de su tiempo, a través de Nívea (feminismo), Esteban Trueba (machismo patriarcal) y el sector burgués y adinerado. En primer lugar se aprecia la imagen de Nívea, madre de Rosa, que después de desengañarse de la política decide defender el papel merecido de la mujer en la sociedad: 

"Se encadenaba con otras damas en las rejas del Congreso y de la Corte Suprema, provocando un bochornoso espectáculo que ponía en ridículo a sus maridos. Sabía que Nívea salía en la noche a pegar pancartas sufragistas en los muros de la ciudad y era capaz de pasear por el centro a plena luz del mediodía de un domingo, con una escoba en la mano y un birrete en la cabeza, pidiendo que las mujeres tuvieran los derechos de los hombres, que pudieran votar y entrar a la universidad, pidiendo también que todos los niños gozaran de la protección de la ley, aunque fueran bastardos".

Otro polo totalmente opuesto es representado por el pederasta, violador y mujeriego Esteban Trueba, que conforma la imagen del déspota conservador. Esta es su opinión del lugar de la mujer en la sociedad:

"Si las mujeres no saben sumar dos más dos, menos podrán tomar un bisturí. Su función es la maternidad, el hogar. Al paso que van, cualquier día van a querer ser diputados, jueces, ¡hasta Presidente de la República! Y mientras tanto están produciendo una confusión y un desorden que puede terminar en un desastre. Andan publicando panfletos indecentes, hablan por la radio, se encadenan en lugares públicos y tiene que ir la policía con un herrero para que corte los candados y puedan llevárselas presas, que es como deben estar. Lástima que siempre hay un marido influyente, un juez de pocos bríos o un parlamentario con ideas revoltosas que las pone en libertad... ¡Mano dura es lo que hace falta también en este caso!".

Por último, la clase alta, ajena a los males de su país y de sus compatriotas:

"La clase alta, sin embargo, dueña del poder y de la riqueza, no se dio cuenta del peligro que amenazaba el frágil equilibrio de su posición. Los ricos se divertían bailando el charlestón y los nuevos ritmos del jazz, el fox-trot y unas cumbias de negros que eran una maravillosa indecencia. Se renovaron los viajes en barco a Europa, que se habían suspendido durante los cuatro años de guerra y se pusieron de moda otros a Norteamérica. Llegó la novedad del golf, que reunía a la mejor sociedad para golpear una pelotita con un palo, tal como doscientos años antes hacían los indios en esos mismos lugares. Las damas se ponían collares de perlas falsas hasta las rodillas y sombreros de bacinilla hundidos hasta las cejas, se habían cortado el pelo como hombres y se pintaban como meretrices, habían suprimido el corsé y fumaban pierna arriba. Los caballeros andaban deslumbrados por el invento de los coches norteamericanos, que llegaban al país por la mañana y se vendían el mismo día por la tarde, a pesar de que costaban una pequeña fortuna y no eran más que un estrépito de humo y tuercas sueltas corriendo a velocidad suicida por unos caminos que fueron hechos para los caballos y otras bestias naturales, pero en ningún caso para máquinas de fantasía. En las mesas de juego se jugaban las herencias y las riquezas fáciles de la posguerra, destapaban el champán, y llegó la novedad de la cocaína para los más refinados y viciosos. La locura colectiva parecía no tener fin".

Por antiguas que parezcan las perspectivas, se dan casos en la actualidad. Esa es la principal característica de una gran novela: reconocer su lectura en tu escritura vital.

Un saludo.